Si él se va no le perdones.
Si te deja cultiva bien tu odio.
Nunca seas generoso en olvido, si él se va.
Si te deja no digas adiós
o "Qué vamos a hacerle", no pidas perdón.
No repases vuestras fotos
y, mirándole a los ojos,
regálale eterno tu odio.
Si él se va no trates nunca de entenderle.
Maldice sus pasos.
Nunca creas sus despedidas, sus promesas, su explicación.
Y provoca llanto y dolor,
que queme su conciencia como el sol,
que el adiós le corte como un cuchillo.
No te confundas él, es el asesino.
Porque cuando él se va
alguien le esperará en la esquina.
En otros brazos reirá con otras mentiras,
dirá "Te amo, cuánto tiempo te he estado esperando".
Y te olvidará, todo habrá muerto,
y aquel otoño nunca habrá sido vuestro.
Para qué mentir, que él se lleve,
aunque dure poco, tu odio para siempre.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario