miércoles, 7 de abril de 2010

...

Qué inseguridad me invade el cuerpo al mirarte,

al pensar que te marcharás sin volver la vista atrás como otros antes hicieron,

al pensar que volveré a estar sola sin tus ojos azules mirandome...

inseguridad que se esfuma con un abrazo acompañado de infinidad de besos,

un par de sonrisas y, de nuevo, esos iris de cielo clavandose en mi alma.

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